Reconstruir la industria cultural europea tras la COVID-19

16/03/2021

Reconstruir la industria cultural europea tras la COVID-19

A finales de 2019 la cultura y la creatividad constituían un gran peso para la economía europea y el año 2020 se prometía próspero. Sin embargo, con la llegada de la COVID-19 el mundo se paralizó, y la economía y la cultura también. 


Un estudio de Ernst & Young, encargado por GESAC (Grupo Europeo de Sociedades de Autores y Compositores), analiza la actual situación y los ejes centrales para reconstruir una Europa cultural y creativa.

Antes de la COVID-19 

En el año 2019 las actividades principales de las industrias culturales y creativas representaron un 4,4 por ciento de Producto Interior Bruto de la Unión Europea. Se facturaron más de 640.000 millones de euros. La contribución económica de la cultura era mayor que la de otros sectores como la industria farmacéutica o la del automóvil. 

En este año citado, pre-COVID, más de siete millones y medio de personas trabajan en las industrias culturales y creativas, siendo constante el aumento en sectores como los videojuegos o la música en mayor medida, seguidos por las artes audiovisuales, las escénicas y los libros. Solo la prensa sufrió pérdidas del 1,7 por ciento, debido a la difícil transición del papel impreso al digital. 

España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido representaron un 69 por ciento de los ingresos de las industrias culturales y creativas en la Unión Europea, sin embargo, el mayor crecimiento durante 2019 se produjo en Europa Central y del Este. 

Progreso y riesgos

Según el informe «La reconstrucción de Europa», de E&Y, la UE exportó más de 28.000 millones de euros en bienes culturales durante 2017, destacando también el crecimiento en los últimos seis años del volumen de negocio generado por el contenido cultural en línea, los servicios y las obras, un 11,5 por ciento al año. 

El contenido cultural ha incrementado su presencia y desarrollo en Internet. Las empresas y organizaciones han invertido mucho en innovación y digitalización. Sin embargo, los desafíos son numerosos, como por ejemplo: mejorar las relaciones con las plataformas globales y los intermediarios en Internet, la correcta remuneración de los titulares de derechos o la lucha contra el acceso ilícito a obras protegidas. 

Después de la COVID-19

La pérdida de ingresos durante 2020 en la economía de la cultura y de la creatividad fue de un 31 por ciento. El volumen de negocio total de las industrias de este sector fue de 444.000 millones de euros, con una disminución neta de 199.000 millones de euros a partir de 2019. La economía de la cultura ha sido una de las más afectadas en Europa, por encima del turismo y el sector del automóvil. Solo supera este porcentaje el transporte aéreo. 

Las artes escénicas fueron las que registraron una mayor caída durante 2020 (-90 por ciento entre 2019 y 2020), seguido por la música (-76 por ciento). Las artes visuales, la arquitectura, la publicidad, los libros, la prensa y las actividades audiovisuales cayeron entre un 20 y un 40 por ciento en relación a 2019. La única industria que se mantuvo a flote, incluso con un leve incremento, fueron los videojuegos (+9 por ciento). 

Reconstruir una Europa cultural y creativa 

El impacto social que ha dejado esta pandemia probablemente tardará en recuperarse. Según el estudio de E&Y, el 46 por ciento de los encuestados afirmó que no se sentiría cómodo asistiendo a un concierto durante 2021, e incluso en los siguientes años. La incertidumbre sobre la fecha de la reanudación de la actividad cultural en este año comprometerá seriamente las inversiones en nuevos proyectos. 

Uno de los signos de la gravedad de esta crisis es la bajada de un 35 por ciento de la recaudación de las entidades de gestión colectiva. Sin embargo, no hay que perder la esperanza. En el estudio se han identificado 3 prioridades para la recuperación y crecimiento de la economía creativa: 

- Financiación: proporcionar una financiación pública masiva y promover la inversión privada en negocios culturales y creativos. 

- Marco jurídico: asegurar un marco jurídico sólido que permita el desarrollo e la inversión privada en producción y distribución, proporcionando las condiciones necesarias para que la inversión sea rentable para las empresas y garantice ingresos justos para los creadores. 

- Potenciación: utilizar las industrias culturales y creativas, y el poder multiplicador de sus millones de talentos individuales y colectivos, como un importante acelerador de las transiciones sociales, societarias y ambientales en Europa. 

Quizá, la fórmula maestra, además, sea trabajar con esfuerzo, constancia y remando todos hacia la misma dirección.


© de la imagen: Shutterstock.

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