No te olvides de tu libro cuando vayas a la playa

19/07/2022

No te olvides de tu libro cuando vayas a la playa

Es verano, se acercan las vacaciones, hay tiempo libre y tranquilo para, por fin, leer esos libros que siempre dejamos en la pila de: “cuando tenga tiempo”, el problema es que la pila aumenta y no todos nos caben en la maleta. ¿Qué hacemos? La lectura digital es una buena solución, eso sí: respetando siempre los derechos de autor. 

Parece que los días de verano tienen más horas de ocio. Las horas muertas de la siesta, improductivas por el exceso de calor, son un momento ideal para que nuestra mente se pierda entre las líneas de un libro. 

Las ferias del libro que se han vivido en los meses previos han servido de escaparate para hacer acopio de futuras de lecturas. También las librerías y plataformas en línea de venta de libros físicos. Sin embargo, el peso y el volumen, en algunas ocasiones, ponen límites a las lecturas cuando hay que facturar una maleta en el aeropuerto. Los lectores encontraron hace años la solución: la lectura digital. 

Dos tipos de lectores: analógicos y digitales 

Siempre hay gustos para todos y la lectura no iba a ser menos. Cuando hablamos con lectores habituales los encontramos de varios tipos: los que prefieren leer siempre en papel, los que prefieren siempre digital y los que combinan ambas modalidades.  

Los analógicos, es decir los del papel, disfrutan con la letra impresa, sienten el libro en las manos, les gusta saber que van avanzando conforme ponen el marcador tras horas de lectura, no les importa cargar con el volumen hasta la playa, o ponerse una linterna cuando leen por la noche. 

Los digitales, aquellos que utilizan soportes de lectura para libros digitalizados, pueden modificar la letra conforme a sus necesidades ópticas, incluir cientos de lecturas en un único soporte y adaptar la luminosidad de pantalla conforme a la luz exterior. 

Todas las formas de lectura son interesantes, siempre y cuando se respeten los derechos de autor. 

Libros con derechos 

Todos los libros, sean en el formato que sean, están protegidos por derechos de autor. Un lector compra un libro y ya sabe que una parte del dinero de compra repercutirá en el creador para compensar su obra. Sabe que toda obra está protegida por los derechos de autor y con carácter general no puede difundirla sin autorización de sus titulares. Da igual en el formato en que se adquiera el libro, la ley es igual para todos.  

Sin embargo, a pesar de que la adquisición de obras digitales suele ser más económica que en formato papel, algunos siguen descargándose obras en portales fraudulentos y sin consentimiento del autor o de los propietarios de derechos de la obra. Alegan, entre otros motivos, escasez de medios económicos para la lectura. Para esta conducta también hay solución: si el libro es físico: el préstamo en biblioteca, si es formato digital, plataformas de suscripción. 

Si no hay recursos: bibliotecas y plataformas de suscripción 

Cuando la afición a la lectura pasa de ser habitual a voraz o cuando los recursos económicos nos ponen en el límite de la elección, siempre hay alternativas para que podamos disfrutar de los libros a bajo coste o, incluso, coste cero. 

Para los libros en formato papel bien podemos acudir a las tiendas de segunda mano, donde en ocasiones encontramos verdaderas joyas, o bien acceder a alguna biblioteca donde, gratuitamente, prestan el libro por unos determinados días (los quince días de vacaciones, por ejemplo) y donde podremos elegir entre una gran variedad de títulos tanto clásicos como novedades. 

Aunque los libros en formato digital suelen ser más económicos en las plataformas de venta en internet, también hay una alternativa como son las plataformas de suscripción, donde se paga una cantidad mensual o anual que nos da acceso a miles de títulos para leer en diferentes soportes.

Los audiolibros son para el verano 

Y ya, por último, no nos olvidemos de un formato en auge y realmente cómodo en toda ocasión: corriendo por la playa, haciendo bicicleta o incluso sacando al perro, los audiolibros van creando adictos y son ya muchos los que han cambiado el formato de consumo de libros desde la lectura a la audición. 

Relajados, los pies en la arena, la brisa del mar y el ruido de la novela de moda en nuestros oídos, nos harán sentir que realmente estamos de vacaciones, eso sí, quizá no podamos oír las olas del mar. 

¿Y tú? ¿Has elegido ya qué libro y en qué formato te acompañará en estas vacaciones? 

© de la imagen Antonioguillem - Fotolia.com

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