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Madrid, 24/05/2024. El Consejo de la UE aprobó esta semana la primera regulación del mundo sobre inteligencia artificial (IA), conocida como AI Act. Esta normativa, que establece una protección limitada para los derechos de propiedad intelectual, entrará en vigor en las próximas semanas, tras tres años de negociación.
Esta regulación, impulsada por la Comisión Europea, nace con el objetivo de promover el desarrollo de herramientas
de IA seguras, fiables y que aseguren el cumplimiento de los derechos fundamentales. Para hacerlo, categoriza los distintos sistemas basados en IA en función de su riesgo (limitado, moderado, alto o incluso inaceptable y, por tanto, prohibido
en la UE) y aplica normas más estrictas a aquellos sistemas que puedan suponer un mayor peligro para los ciudadanos europeos.
Esta normativa entrará en vigor una vez que transcurran 20 días desde su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea y será de obligado cumplimiento para todos los estados miembros de la UE, si bien, el texto prevé una aplicación paulatina de la norma en un plazo de dos años para permitir a las organizaciones, públicas y privadas, adaptarse a este nuevo marco legal.
En lo que se refiere a los derechos de propiedad intelectual, esta regulación prevé una protección mínima. A grandes rasgos, exigirá que los modelos, es decir, los algoritmos que se entrenan de forma automática a partir de materiales protegidos, cumplan ciertos requisitos de transparencia y que aseguren el respeto a la legislación europea en esta materia.
En concreto, los proveedores de modelos de IA de uso general deberán publicar «resúmenes detallados» con el contenido que han utilizado para entrenar sus modelos –por ejemplo, libros, publicaciones o textos protegidos– y respetar las reservas de derechos impuestas por los titulares de derechos afectados.
Con esta medida, se espera que autores y editores puedan conocer el uso de sus obras y exigir el respeto de sus derechos. Además, en algunos casos, por ejemplo, los contenidos generados por IA sin intervención humana que se publiquen con el fin de informar sobre asuntos de interés público deben etiquetarse para que se puedan distinguir de aquellos que han sido elaborados mediante creatividad humana.
«Esta regulación solo introduce cuestiones muy básicas sobre propiedad intelectual. Es importante que Europa empiece a contemplar en sus iniciativas legislativas los derechos de autor como una condición necesaria para garantizar el desarrollo sostenible. Por ejemplo, hemos echado en falta que no se haya tenido en cuenta el respeto a la propiedad intelectual en la directiva sobre diligencia debida en empresas en materia de sostenibilidad», ha valorado Javier Díaz de Olarte, director jurídico de CEDRO.
La aprobación de esta regulación europea coincide con la noticia de la aprobación de la estrategia de España en materia de IA, que prevé, entre otros, la creación de un modelo propio de lenguaje basado en inteligencia artificial y entrenado con contenidos en castellano, así como de las otras lenguas cooficiales.
Esta regulación irá acompañada de la creación de nuevos órganos de gobierno europeos, que estarán encargados de asegurar la correcta aplicación de la norma.
Por ejemplo, una Oficina europea de IA (AI Office) que asegure el cumplimiento de las normas o un Consejo de la IA (AI Board), en el que estén representados todos los estados miembros, para ayudar a la Comisión Europea a aplicar esta regulación. Asimismo, también contempla la creación de foros y paneles científicos independientes de expertos, a modo de apoyo y consulta técnica en esta materia.
En este sentido, el Consejo de Europa (un órgano distinto al Consejo de la UE) adoptó en los últimos días el primer tratado internacional y jurídicamente vinculante sobre los sistemas de inteligencia artificial (IA), donde exige que su uso garantice el respeto a los derechos humanos, el Estado de derecho y las normas jurídicas.
Este tratado se aprobó en el marco de la reunión anual del Comité de Ministros del Consejo de Europa se abrirá a firma a partir del mes de septiembre, para que los países de la UE puedan adherirse a este Tratado.
El texto reclama que el uso de la IA debe ser respetuoso con la protección de los derechos humanos y que en ningún caso podrá afectar a las instituciones democráticas. Por tanto, los sistemas de IA deberán garantizar la igualdad, la prohibición de la discriminación y el derecho a la intimidad.
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